Los neurólogos identifican el área del sistema nervioso donde reside el sentido del humor. Es la neurona de un hombre, perdida en el gran vacío de su cráneo, que un día encuentra a otra neurona. ¿Pero qué haces tú aquí? -le dice la otra-. Si estamos todas en la ..., bueno, ya saben dónde. Si cosas como esta les hacen gracia, agradézcanselo a su córtex prefrontal medial, porque es él quien les hace reír cuando les cuentan un chiste, o sonreír cuando lo leen: según una investigación del Instituto de Neurología de Londres que se presentará en marzo en la revista "Nature Neuroscience", es en esta área del cerebro, situada justo detrás de la frente, donde el chiste se hace risa.
La investigación demuestra que el humor reside en el área más exclusivamente humana del cerebro, la más excelsa, la misma donde residen la creatividad, la espiritualidad, la capacidad de hacer planes de futuro y de distinguir el bien del mal. Demuestra, en definitiva, que "el humor es una función altamente sofisticada del cerebro humano", según declara Ignasi Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universitat Autònoma de Barcelona. La investigación explica, asimismo, "por qué los seres humanos somos los únicos animales con sentido del humor, ya que otras especies no tienen un córtex prefrontal desarrollado como nosotros".
Los científicos del Instituto de Neurología de Londres han observado, con una técnica de resonancia magnética, qué pasaba en el cerebro de 14 voluntarios a los que se contaron 60 chistes. Había dos tipos de chistes: unos se basaban en la utilización de palabras con doble sentido, mientras que en los otros las palabras se utilizaban en su sentido literal.
La resonancia magnética ha mostrado que, según el tipo de chiste, la información se procesa en el cerebro por circuitos distintos. Pero en todos los casos el circuito confluye en el córtex prefrontal medial. Cuanto más gracioso se encuentra un chiste, más se excita esta área. Y si el área no se excita, es que el chiste no hace gracia.
La percepción del chiste se produce en dos tiempos, ha explicado Vinod Goel, coautor de la investigación, por correo electrónico. Primero la información se procesa a nivel cognitivo. Después, cuando la señal llega al córtex prefrontal, se produce una reacción emocional placentera: el humor. "Los pacientes con lesiones en el córtex prefrontal medial -explica Goel- suelen ser emocionalmente planos. Sin embargo, cognitivamente están intactos."
La investigación, admiten sus autores, no lo explica todo sobre el humor. Por ejemplo, falta analizar cómo procesa el cerebro los gags visuales. Y en el futuro "esperamos hacer estudios adicionales para analizar cómo se desencadena la risa después de que se haya activado el córtex prefrontal", explica Goel. Pero por lo menos, la próxima vez que les dé la risa tonta en el momento más inoportuno, en lugar de soltar una excusa creíble que nadie se tragará, ya pueden decir tranquilamente que lo sienten, pero se les ha excitado el córtex prefrontal medial. No evitarán que les miren mal, pero por lo menos habrán dicho la verdad.
El Humor: un signo de nuestra evolución. La risa inevitable como parte del desarrollo humano. :)
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