Me alegro por todos nosotros, los españoles, que a todos nos viene
muy bien una inyección de optimismo y entusiasmo en estos momentos
difacilísimos que nos está tocando vivir.
Me alegro por
España y su bandera, que gracias a la Roja recupera su derecho de nación, sin
que tengamos que avergonzarnos de sentirnos españoles; españoles sin más, igual
que hay ingleses, franceses o italianos. Españoles de cualquier partido
político o de ninguno. Gracias a la Roja, quienes nos sentimos españoles
podemos exhibir la bandera, sin pudor, y pintar de sus colores el espejo del
alma.
El fútbol me
importa realmente poco, la verdad. No soy futbolera ni suelo ver partidos...
Excepto los partidos importantes de la Roja. Vi la final del mundial de
2010 –y algunos de los partidos de semifinales-, y este año he hecho lo mismo.
La final de la
Copa de Europa del domingo coincidió con el final de la Promoción 37 del Curso
Intensivo de Coaching. Todos estábamos convencidos de que España ganaría, pero
no imaginábamos que –¡como colofón a un intensivo fantástico!-
íbamos a ver el partidazo del domingo.
“¡Podemos!”, ”¡no
hay dos sin tres!”, “¡somos los campeones!”, la fiesta en todos los lugares de
España, la copa del triunfo exhibida ante millones por televisión y ante
cientos de miles de personas en Madrid, junto a La Cibeles...
¿Y sabes lo que
más disfruté de todo eso? Las caras felices, la luz en los gestos de las
personas, el tono alegre y achispado de los comentaristas, y que nos sentía a
todos muy españoles en esos momentos.
Y no por ser
españoles, que en el fondo es lo mismo nacer aquí o en Pekín, sino porque en
estos momentos nos sentimos unidos, y por tanto valientes, fuertes, vivos...
Agradezco de
corazón que seamos algo juntos y que tengamos ocasiones de celebrarlo. La Roja
es una pequeña representación de eso que somos tantos millones de personas, de
lo que tenemos en común, en lugar de lo que nos separa.
Estamos
“acompañados” por todos los demás en nuestra alegría, y bromeamos juntos sobre
la crisis y las pruebas que parecen haber desaparecido momentáneamente.
Ojalá un día los
coaches de vocación creemos el equivalente a la Roja, y nos sintamos unidos y
contentos en lo que tenemos en común: la vocación de ayuda.
Ojalá un día
exista algo parecido a la Roja internacional y nos una a todos una sola
bandera, y el mundo centre a los humanos en torno a lo que nos une: la
humanidad.
FOTO DESPUÉS DE LA
PROMOCIÓN 37, ANTES DEL PARTIDO:
http://www.coachingmadrid.com/images/20120701_193027.jpeg
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