Después de miles de líneas escritas en positivo y sobre lo positivo durante tantos años, de vez en cuando me permito el espacio para compartir otras verdades necesarias. Es para bien, luego también me parece positivo compartirlo aunque disfrute más hablando o escribiendo de otras cosas mucho más agradables.
Hay un modo de definir o entender el coaching que está bastante extendido -sobre todo en lo que se refiere al coaching ejecutivo-, a pesar de ser una definición simplista y absolutamente incompleta sobre este método o herramienta, en cualquiera de sus variantes. La definición tristemente extendida y errónea transmite algo así: “El coaching sirve para ayudar a conseguir objetivos, desarrollar nuevas habilidades y competencias, y mejorar la comunicación y el liderazgo”.
Si esta definición fuese correcta, cabría en ella cualquier formación, curso, seminario, taller, consultoría, mentoring, etc., dirigido a conseguir objetivos, mejorar la comunicación o fomentar el liderazgo en las personas y empresas. Sin embargo, muchos de estos cursos y formaciones no tienen nada que ver con el coaching, aunque también puedan resultar útiles y necesarios en su contexto, si los llamasen por sus verdaderos nombres.
El problema es que se ha vendido y se está vendiendo muchísimo coaching que realmente no es coaching.
La palabra coaching vende, y un alarmante número de grandes consultoras, escuelas de negocios e individuos, han querido ofrecerlo a sus clientes desde la primera demanda, mucho antes de saber siquiera qué es el coaching y lo que lo diferencia de cualquier otra herramienta o formación psicológica, personal o empresarial. Las banderas propias del coaching son: humanidad, respeto, confianza en el ser humano, no juicio, honestidad total, comprensión, entrega, vocación de ayuda... ...
Hay algunos casos aún más preocupantes: las escuelas, empresas o negocios de “coaching” que se han ido creando por negociantes oportunistas y sin escrúpulos, con formación y prácticas de coaching escasas o nulas, y con unas ganas tremendas de sacarle partido económico al prestigioso término: "coaching".
Desde los comicios del coaching en España, me he ido encontrando con muchos casos de personas y empresas que ofrecían algún tipo de coaching sin estar informados ni formados para ello, y con un desconocimiento e indiferencia absolutas de su digna profundidad y raíces.
Llevo ya muchos años en el mundo del coaching, desde 2001. He sido pionera en España como coach, formadora y formadora de formadores, y he tenido la oportunidad de ver cómo empezó esta profesión cuando, literalmente, éramos cuatro en España. Tengo la experiencia directa de ver de qué maneras ha ido propagándose, evolucionando y asentándose el coaching en el mercado español. Sinceramente creo que sé bien de lo que hablo (siempre salvo honradisimas excepciones).
Comparto una muestra de la intrusión que ha habido y hay en nuestra profesión, a través de algunos de los muchos ejemplos que podría exponer:
Como decía, desde 2001 hasta la fecha, he conocido y sabido de muchos que querían vender coaching como fuese, aunque tuviesen poco conocimiento de ello e interés nulo en formarse seriamente. Un entendimiento falso del coaching puede hacer creer a un mentor, consultor, formador o psicólogo, que sus profesiones incluyen el coaching per se. Indiscutiblemente, esto no es así.
En 2002, un directivo de R.R.H.H. de una multinacional en la que trabajé antes de dedicarme al coaching se hizo y entregó tarjetas a las que había añadido una línea que decía “Coach Profesional Ejecutivo”, tan solo cinco semanas después de que mantuviésemos una reunión en la que me preguntó qué era el coaching y yo le conté brevemente, entusiasmada por el descubrimiento de esta vocación y nueva profesión. Este directivo de gran multinacional se auto proclamó coach profesional sin saber apenas lo que eso significaba, como si el desarrollo de este gran oficio vocacional, no requiriese más empeño que el de añadir una nueva línea con el título en las tarjetas de visita.
En 2003 le ofrecí una sesión gratuita de coaching a un Director General de una gran empresa, que renegaba del método después de haber vivido la experiencia de dos procesos de coaching con dos coaches distintos, ambos provenientes de una consultora importante. Me contó horrores sobre la manipulación, presión, frustración y condicionamientos que había “sufrido” durante el coaching. Después de convencerle, aceptó la sesión de coaching/coaching gratuita que yo le ofrecía (sólo por amor al arte del coaching). Su sorpresa ante el verdadero coaching fue muy grande, y declaró rotundamente que en nada se parecía al “coaching” que le había pagado la multinacional para la que trabajaba. Pocos meses después su mujer, antropóloga, hizo un curso intensivo de coaching en Coaching Madrid.
En 2004, una empresa importante de Head Hunting y Consultoría, ubicada en la zona Cuzco de Madrid, se puso en contacto conmigo para que formase rápidamente a uno de los socios, porque habían vendido un plan millonario de coaching a un cliente importante, una multinacional, y no tenían conocimientos ni formación de coaching.
¿Cómo hicisteis la propuesta para esta empresa sin saber lo que es el coaching? Le pregunté. Me contestó algo que nunca olvidaré y por lo que incido tanto y siempre protejo la dignidad de nuestra profesión: “Hicimos un montaje rápido haciendo un copia y pega que sacamos de páginas de coaching en Internet”… El plan de “coaching” que le vendieron a la multinacional se extendía por un año y su precio era de 150.000 Euros.
En 2006 el presidente de la empresa Shirlaws vino a Madrid y me invitaron a una presentación de coaching y desayuno de negocios que ofrecía en el Hotel Palace. Shirlaws se presentaba en aquel momento como la empresa de coaching ejecutivo más importante y con más cuota en el mercado de Inglaterra. Al evento fueron invitados muchos altos directivos y directores generales, clientes o potenciales clientes en España de Shirlaws, así como coaches profesionales que proveníamos de distintos sectores y Escuelas.
Después de la conferencia y presentación de su modelo de coaching, Richard E. abrió un debate con el colectivo presente de coaches, a los que nos reunió aparte. Proponía nuestra integración en su negocio en España que consistía en ofrecer en nombre de Shirlaws un “plan de coaching” compuesto de tres fases: Fase 1- Venta y Consultoría. Fase 2 – Mentoring puro y duro. Fase 3 – ¿“Coaching”?: al directivo interesado se le hacían tres preguntas. ¡Tres! Es literal. Al paquete completo lo llamaban “Coaching Ejecutivo”.
Le expresé y razoné públicamente que no creía que el modelo que ofrecía Shirlaws fuese realmente coaching. Mi exposición, documentación y fuentes no dejaron lugar a dudas con respecto a lo que era o no era coaching, así que me dio la razón. Concluyó: Vamos a decir que nosotros hacemos “coaching”, y que lo que tú ofreces es “coaching puro”. Para poder vender el suyo, tenían que añadirle al coaching verdadero un adjetivo redundante. (Sin comentarios)
Durante ese mismo debate le comenté a R.E. que en su presentación me había extrañado no ver resquicios del método socrático (fundamento y distinción del coaching, basado en que: el otro tiene las respuestas y las soluciones). A lo que simplemente respondió: “Sócrates está muerto”.
¡Thomas Leonard que estás en el cielo,… lo que hay que ver y oír! J
Llevo mucho tiempo queriendo compartir que en el mercado del coaching hay de todo, y que una muestra alarmante directamente no es coaching. Es una verdad como un templo que creo que merece un espacio justo en la información sobre el coaching, también en Internet y en las redes sociales.
La moraleja de este artículo es que es muy importante informarse bien antes de contratar coaching, no dejarse llevar por el tamaño de las escuelas o empresas de coaching, e investigar el planteamiento, recorrido profesional, experiencia y formación en coaching/coaching de escuelas, centros de negocio, consultores, psicólogos, mentores u otros profesionales de la comunicación o del desarrollo personal: PNL, liderazgo, técnicas de venta, Inteligencia Emocional, Oratoria, etc.
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Más información: ¿Qué es el coaching?
¿Quieres salir de dónde estás? (Conferencia sobre coaching en cuatro partes):